domingo, 18 de noviembre de 2012

CRISIS, EMPLEO Y RENTA BÁSICA


            La actual crisis económica está muy lejos de solucionarse. Al menos durante los próximos dos años está previsto un periodo de recesión y aumento del desempleo. Los datos son los siguientes:
           -Los estudios que se están realizando muestran una caída del PIB del 1,5% tanto este año 2012 como el 2013.
            -La tasa de desempleo está situada actualmente en el 25% de la población activa. 16 provincias superan el 30% de paro.
            -La tasa de empleo juvenil está situada en torno al  52%.
            -Dentro de los contabilizados como “empleo” no hay que olvidar que gran parte de los empleos son precarios. El 45% de los empleos temporales no duran un mes.
            -La tasa de desempleo aumentará el año que viene. Con seguridad ésta superará el 26 % de la población activa.
 
            Dados estos datos se ha de observar lo siguiente. Para crear empleo se considera un país debe crecer a un ritmo de un 3% anual (lo que está muy lejos de conseguirse). A esto hay que tener en cuenta que cada año se incorpora gente joven nueva al mercado de trabajo lo que aumentará.
 
            En resumen, podemos decir que en ausencia de un crecimiento muy alto y sostenido, lo que es sumamente improbable, nos enfrentamos a la perspectiva de décadas de un paro enormemente alto. Esto significará que de ahora en adelante generaciones enteras tendrán que afrontar el hecho de pasar la mayor parte de su vida en el paro o con trabajos sumamente precarios.
 
            Consideramos que la situación de paro forzoso y de por vida para sectores muy amplios de la población vulnera los derechos mas elementales. Es por esto que, para garantizar los mínimos de una vida digna, consideramos necesario el establecimiento de un ingreso mínimo garantizado, incondicionado, individual y universal: la Renta Básica.  Para que el futuro de los trabajadores y trabajadoras no esté encadenado ni a la precariedad ni a la miseria es necesario comenzar a desligar el trabajo de la percepción de ingresos. Esto no tiene que suponer la inactividad, como suponen los detractores de la misma, antes bien la Renta Básica liberará gran cantidad de capacidad productiva y mano de obra a tareas consideradas antes no rentables.
 
            Hacemos un llamamiento, por tanto, a la defensa y la lucha por la implantación de  la Renta Básica, evitando los prejuicios habituales provocados por un desconocimiento de la misma. Implantar la Renta Básica supone dar el primer paso hacia la construcción de una sociedad emancipada.